El factoraje ofrece a las compañías acceso rápido a capital cediendo sus facturas o notas por cobrar. La agilidad de esta operación va estrechamente ligada a la velocidad en que se mueven los contratos de cesión del cliente a la financiera para que disperse los recursos. Digitalizar este proceso permite reducir días a la espera entre que el cliente decide ceder unas facturas y que dicho cliente recibe los fondos en su cuenta.
A continuación, veremos cómo el llevar los procesos de factoraje en línea utilizando soluciones de firma electrónica avanzada puede ayudar a ampliar este mercado en nuestro país.
Firmar electrónicamente reduce la fricción y elimina barreras geográficas en el factoraje financiero
Gracias a la experiencia que en Mifiel hemos tenido al trabajar con empresas de factoraje como Crédito Real, y Flux Financiera, hemos identificado que su proceso de incorporación u onboarding de clientes comprende una serie de actividades laboriosas, principalmente cuando involucra la necesidad de acudir con notarios o corredores públicos.
Al requerir intercambiar y firmar distintos documentos en papel, el alcance geográfico se convierte en un factor clave, ya que limita la expansión territorial e incluso impide ofrecer un mejor servicio dentro de la misma ciudad—situación que se agrava en las grandes urbes.
Firmar documentos electrónicamente ayuda a las empresas de factoraje eliminando restricciones geográficas, permitiendo así captar y fidelizar clientes que normalmente no podrían atender por su ubicación. Además, se eliminan las fricciones y tensiones que genera acudir a protocolizar los documentos, ya que la FIEL/e.firma cuenta con presunciones legales y, en caso necesario, algunos fedatarios pueden otorgar fe pública a distancia.
De igual modo, dado que las firmas electrónicas avanzadas como la FIEL (ahora llamada e.firma) del SAT son la manera más segura de firmar cualquier documento —tanto en el aspecto técnico como en el legal—, implementar una solución de este tipo no representa un sacrificio en pro de la digitalización sino una ventaja.
Ahora bien, una preocupación constante para implementar este tipo de soluciones es que no todas las personas cuentan con FIEL. Sin embargo, los representantes legales de las empresas —quienes deben firmar este tipo de documentos— son uno de los segmentos de la población que están obligados a tener e.firma, por lo que no será un problema.
Las soluciones de firma electrónica avanzada aumentan la conveniencia y velocidad sin sacrificar seguridad
La naturaleza de financiamiento rápido del factoraje financiero puede exponer a las compañías que lo otorgan a peligros innecesarios en pos de mantener su base de clientes. El ejemplo más claro son los negocios que, dada la relación previa con la financiera y su necesidad de recursos, solicitan obtenerlos antes de firmar la cesión de facturas. “Depositame hoy y paso a firmar mañana” o “ya firmé la cesión y está en la paquetería ¿me pueden depositar hoy?” son frases comunes escuchadas por el personal de operaciones de las compañías de factoraje.
Al integrar la firma electrónica en procesos de factoraje mediante soluciones como Mifiel, se les inyecta velocidad ya que posibilitan firmar desde cualquier lugar y momento. Además, se elimina cualquier justificación para otorgar el financiamiento antes de firmar los documentos, convirtiéndose en un vehículo para liberar los fondos rápidamente sin exposición a riesgos.
Por otro lado, en muchos casos también es necesaria la firma del representante legal de la financiera, proceso que también puede frenar las operaciones si esta persona se encuentra fuera de la oficina cotidianamente. Utilizar la firma electrónica permite firmar desde cualquier lugar, por ejemplo, Mifiel tiene una aplicación móvil para iOS y Android que lo facilita, así que incluso se puede firmar en el Uber.
La FIEL ha ayudado a expandir el factoraje colectivo
En los últimos años han surgido compañías de tecnología financiera, también conocidas como fintechs, que en el sector fungen como intermediarios en el proceso y democratizan el acceso a financiamiento e inversión. A estas se les conoce como crowdfactoring o de factoraje colectivo.
A través de ellas, personas físicas o clientes institucionales pueden adquirir una fracción o la totalidad de cuentas por cobrar de distintas empresas. Ya que estos nuevos modelos de negocio exigen una operación en línea, la firma electrónica permite su correcto funcionamiento mientras garantiza su certeza jurídica.
De esta manera, para compañías del nicho como Cumplo, el servicio de Mifiel ha sido de vital importancia para permitir su funcionamiento 100 % en línea y reducir sus costos operativos.
Digitalizar el factoraje con la e.firma es una ventaja competitiva
Firmar en Mifiel documentos relacionados con los procesos de factoraje en cualquiera de sus modalidades, permite a los representantes legales de estas financieras (y a los de sus clientes) ahorrar tiempo y tener mayor comodidad, ya que pueden hacerlo desde el dispositivo que prefieran sin importar dónde se encuentren. Incluso es posible firmar con la huella digital si el equipo cuenta con dicha función.
Por su parte, el personal administrativo ya no requiere estar detrás de los representantes legales y los clientes para pedir que firmen los documentos. Además, al digitalizar los documentos se vuelve muy sencillo llevar un buen orden y manejo de los mismos evitando su pérdida o daño, así como gozar de mayor certeza jurídica derivada del uso de la firma electrónica avanzada.
Actualmente, compañías como Mizrafin, Factor Exprés y Fortrade en el factoring tradicional, así como Fundary y Faktum en el crowdfunding de factoraje —además de las financieras mencionadas anteriormente— ya dieron el paso hacia la digitalización de sus procesos con el apoyo de Mifiel. Sin embargo, muchas más siguen sin implementar la firma electrónica avanzada.
¿Te gustaría integrar el uso de la FIEL en tus procesos de factoraje? Comunícate con nosotros para conocer las opciones que tenemos para ti.